Un veterano de guerra descansa bajo las olas en El Emir

Los cientos de buques hundidos que se encuentran a lo largo de las costas uruguayas son testimonios que forman parte de nuestro Patrimonio histórico cultural.
Uruguay “guarda” bajo sus olas, fragmentos de la historia en naufragios que van desde el siglo XVI hasta el siglo XX.

En El Emir en Punta del Este, El Santa María del Luján, un LST 511 eligió puerto.

En setiembre de 1943 en el astillero Bridge, en Illinois USA, nacía el USS LST 511 (clase Landing Ship Tank). Un tipo de barco que construyó la marina norteamericana para participar en la segunda guerra mundial. El LST es un diseño especial de buque capaz de cargar tropas y vehículos y desembarcarlos en cualquier tipo de costa.
Desplazaban 1.625 toneladas en lastre y 4.080 toneladas a plena carga. Tenían 100 metros de eslora (largo) y 15,25 metros de manga (ancho). Un calado mínimo de 0,712 metros a proa y de 2,287 mts. a popa. A la hora de desembarcar tropas y equipo militar, los LST tenían un calado mínimo de 1,194 mts. a proa y de 3 mts. a popa. Cada uno de sus dos motores General Motors de 900 caballos de fuerza le permitían alcanzar una velocidad máxima de 12 nudos. Su carga de combustibles les permitía alcanzar las 24 mil millas náuticas sin repostar. Su tripulación era de 9 oficiales y 120 marineros. Los LST fueron armados con dos montajes Bofors dobles de 40 mm., 4 simples de 40 mm. y 12 simples de 20 mm., lo que los constituía en una nada despreciable plataforma antiaérea.
Este buque en particular, participó del famoso Desembarco de Normandía, transportando tanques a la playa Utah. Por esta actuación, recibió la famosa “Estrella de batalla” que premió a las acciones más determinantes de la guerra.
El 21 de enero de 1945, se retira de la flota norteamericana y se envía a un astillero para ser reducido a chatarra.
Pero el destino a veces cambia los rumbos, ¡y el LST 511 fue comprado antes de ser aplastado!
El grupo empresarial argentino Pérez Companc, gracias a una intermediación religiosa, logra comprar a un costo bajísimo el buque y lo vuelve a bautizar como “Santa María del Luján”.
El primer destino “comercial” del LST fue transportar petróleo. Entraban y salían al buque camiones cargados de carbón desde el sur argentino.
En 1963 fue vendido a la empresa Marifran SA para transportes en general desde distintos puertos de Sudamérica.
Una madrugada de niebla cerrada en julio de 1965, el Santa María del Luján con toda su historia y vida de mares, eligió su puerto definitivo: El Emir .

Tassano cuenta la historia que pudo ver aquel año:
“La madrugada del 21 de julio de 1965 fue muy diferente para los vecinos de Punta del Este; una niebla espesísima envolvía la costa y la ciudad; una sirena desconocida invadía con su insistente ulular el balneario y sus alrededores. Los vecinos se preguntaban inquietos por el origen de ese sonido…”. “El buque Santa María de Luján, que había zarpado pocos días atrás de Porto Alegre con destino a Buenos Aires, en virtud de la niebla cerrada, torció su rumbo hasta encallar a 150 metros de la orilla de la playa El Emir”.
La embarcación que pertenecía a la compañía argentina Marifran S.A. contaba con una tripulación de 28 hombres más el capitán.
Su cargamento era de madera, de pino Brasil. Se trataba de una carga importante: 1.950.000 pies cuadrados de tablones.
En un principio, se supuso que iba a ser posible arreglar las averías del buque. Pero eran días de tormenta en la península y el clima no ayudaba. Dice Tassano: “Los agentes y armadores del barco contrataron los auxilios de la Administración Nacional de Puertos e iniciaron el operativo rescate el día 24 del mismo mes a las 8:30 hasta el 28 de julio, día en que es interrumpido definitivamente ante lo infructuoso de los intentos”.
El Santa María ya no tenía posibilidades, aunque algunos optimistas todavía pensaban en rescatarlo. Sin embargo, esa playa de La Brava sería su último destino. Sólo restaba descargar la madera que transportaba. “El 6 de agosto se inició la descarga de la madera, tarea que se extendió por varios días. A la semana de iniciados los trabajos, el día 13, y reinando un temporal, la marea subió 1,20 metros y se realizó un nuevo intento por zafar la varadura. Como consecuencia de esta maniobra el buque se inclinó peligrosamente 100 grados a estribor y no pudo lograrse ningún avance.
Debido a la maniobra realizada se inundaron las salas de máquinas y dínamos, constatándose una importante fisura de banda a banda próxima a la popa del buque”, relata Tassano y de inmediato sentencia: “El día 11 de septiembre y como consecuencia de otro temporal terminó por quebrarse a la altura de la fisura antes mencionada; la popa quedó a unos seis metros del resto del barco”. A partir de ese momento, los hechos se vuelven un tanto más vertiginosos. Se trata de acelerar la descarga de la madera arrojando los troncos al mar y teniendo por cierta la teoría de que el reflujo del agua llevaría los troncos a la costa. El cálculo fue equivocado. “Al cambiar el sentido de la corriente dominante (la madera) fueron llevados mar adentro, para salir luego en diversos puntos de la costa atlántica hasta las inmediaciones de José Ignacio y aún más allá. Muchas personas aseguraron haber construido sus casas o parte de ellas con los tablones del barco recogidos en la costa”.
Por su parte, lo que sí se logró rescatar fue comprado por empresas constructoras de Maldonado. En esos años no había libre importación así que ese ingreso voluminoso de madera hizo que Maldonado abasteciera a todo Uruguay de pino Brasil.
Tassano termina de contar la historia y dice: “En la playa El Emir aún se ven fragmentos de la estructura del barco y a veces, en días serenos, al bajar la marea alcanza a divisarse parte del casco, mientras en muchas construcciones de Punta del Este y alrededores sobrevive la madera del Santa María de Luján, como legado de aquella madrugada de julio”. A su modo, el Santa María todavía vive en Punta del Este.

Muchos de nosotros, muchos de Ustedes seguro han tenido el placer de pasar por encima de este buque en alguna de las lindas olas que regala esta playa de la Península. Si no conocías su historia, seguro ahora lo vas a mirar distinto.

Focus, en el día mundial de los océanos

Compartir nota

Compartir nota

Inicio
Spotify
Nosotras
¡Charlemos!