Chocolate intravenoso!
Planificar un viaje pero sobre todo confiar en el universo y en el destino para que todo suceda.
Me siento en una etapa de mi vida de total libertad. Trabajo pero soy dueña de mi tiempo. Nada me ata. Cumplí 58 años y decidí irme a Australia.
Hacía años que escuchaba hablar alrededor mío de Australia así que me decidí a irme, sola, sin mucha planificación pero con muchas ganas de descubrir ese continente. Australia lo tiene todo. Pensaba quedarme tres semanas y ni bien empecé a recorrer supe que me iba a quedar mucho más.
Viajé gracias a las posibilidades de las plataformas de alojamiento. Yo usé “wake away”. Es una plataforma en la que pagas el alojamiento colaborando de alguna manera en la casa, cuidando una mascota, un niño, ayudando en alguna actividad especial que realicen los dueños de casa, para alguna zafra de trabajo.
Los viajes te dejan en el alma experiencias que no te las deja otra cosa. Mañana me haría otra mochila y me volvería a ir.
En lo laboral siento lo mismo. Si bien la seguridad de estar en un trabajo durante 20 años como lo fue Conrad es importante, llega un momento en que te das cuenta que necesitas otro espacio, mas personal, que te permita la libertad de crear, de hacer. Y en ese momento estoy también ahora. Agradezco y valoro muchísimo esos años de trabajo pero ahora estoy en otra etapa totalmente distinta.
Creo que este viaje fue como marcar un nuevo comienzo en todo. No quiero saber por adelantado qué es lo que me va a pasar. Quiero sorprenderme.